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Blog: "Volver a nacer", en España

¡Hola! Soy Catalina, estudiante de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales y estoy realizando mi intercambio en la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde que ingresé a mi carrera, soñé con vivir esta experiencia, pero los años de pandemia retrasaron la toma de esta decisión. En particular, escogí como universidad de destino la UAB porque es un lugar prolífico para el estudio de mi área; la didáctica de las ciencias sociales. Si bien, lo académico es el elemento central del intercambio, con el pasar de los meses he descubierto nuevas aristas que han contribuido a mi formación integral.
 
El 8 de febrero pisé por primera vez Barcelona y estaba muy perdida en esta nueva ciudad. Con la ayuda de muchas personas que percibieron mi confusión pude llegar al que ha sido mi hogar por estos cuatro meses; a la Vila de la UAB. La Vila es la residencia de la universidad y aloja a estudiantes de grado y posgrado, extranjeros y españoles. Es decir, es un sitio multicultural en el que puedes conocer a personas de cada rincón del mundo. 
 
En los primeros días tenía una añoranza muy grande por mi vida en Chile. Todavía no me atrevía a superar la barrera de la puerta de mi piso para conocer a mis vecinos y vecinas. Pero junto a mi roomie (quien también es chilena y de la USACH) decidimos lanzarnos por completo a la experiencia del intercambio. Poco a poco fui estableciendo redes con gente de Chile y América Latina. Y luego esa red se expandió a tal nivel que dos de mis amigas más cercanas son de Turquía. 
 
Y es que vivir el intercambio puede ser un proceso de sanación y de reconstrucción personal y colectiva. No importa si lo haces de forma consciente o no, citando a mi roomie, siendo migrante “estás volviendo a nacer”. Y eso implica ser parte de una nueva familia con estudiantes que están habitando sensaciones similares a las tuyas: extrañamos a nuestras familias y amigos, nos adaptamos a un nuevo contexto, lloramos cuando no entendemos el sistema de evaluación europeo. 
 
No te mentiré, esta experiencia tiene de dulce y agraz, y yo lo he vivido en carne propia. Pero te aseguro que la oportunidad ha valido la pena cada segundo. Junto a mi nueva familia nos hemos acompañado en el proceso del intercambio y me parece que construir una red de este tipo es fundamental para poder disfrutar al máximo de la experiencia. La T-Jove (tarjeta que se usa en el transporte público de Cataluña) se ha transformado en nuestra aliada para recorrer cada rincón de Barcelona y disfrutar de la gastronomía catalana y europea. 
 
Hace un año no me habría imaginado cómo sería esta experiencia. Nunca pensé que podría estar tomando clases con profesoras/es que leí y admiré durante toda mi carrera. Era difícil creer que estaría recorriendo esos sitios históricos que sólo había visto en libros o internet. No me imaginaba que celebraría mi cumpleaños con mis amigas/os mexicanas/os, peruanas/os, catalanas/es, turcas/os, italianas/os y chilenas/os. Reconozco que los aprendizajes no se han reducido a lo académico; principalmente, me he nutrido de toda persona a la que he conocido, cada paisaje que he fotografiado y las rutas que he recorrido.
 
Si todavía dudas de tomar la decisión de realizar un intercambio académico por la ansiedad y el miedo a lo desconocido, te entiendo. Yo estaba igual hace algo más de un año. Pero ahora que ya estoy donde siempre deseé, te aseguro que si tienes la valentía de vivir esta aventura, no te arrepentirás. Por mí parte, pienso volver.