Se encuentra usted aquí

Blog: "Mi enriquecedora experiencia de intercambio", en Alemania

¡Hola a tod@s! Soy José Manuel, tengo 24 años, estudio Ingeniería Civil en Obras Civiles y actualmente estoy en un intercambio en la FH Münster, Alemania. Me encantaría contarles mi experiencia, pero primero: ¿por qué Alemania? Hay varias razones, tanto personales como del contexto actual. Desde que entré a la Usach tuve como meta hacer un intercambio. En el colegio aprendí alemán, así que siempre quise perfeccionarlo viajando a un país germanoparlante. Lo interesante es que, además de mejorar mi alemán, ¡también he mejorado mucho mi inglés!
 
Esto último puede motivar a quienes no manejan alemán, ya que muchas universidades alemanas y austriacas imparten clases en inglés, especialmente para estudiantes extranjeros. Además, suelen ofrecer cursos de alemán complementarios según el nivel de cada uno. Aunque no fue mi caso, he conocido a varias personas de Chile que han estudiado así.
 
Estilo de vida y choque cultural
 
Münster está en Nordrhein-Westfalen, el estado más poblado de Alemania, y tiene buena conexión con ciudades como Düsseldorf, Dortmund o Colonia. Con más de 300.000 habitantes, es una ciudad universitaria donde conviven la FH Münster y la Universität Münster. Hay mucha diversidad y en mi residencia he compartido con gente de Alemania, España, Filipinas, Nepal, India, Nigeria, entre otros. También he conocido personas de Irán, Perú, Bangladesh, Ecuador, Grecia, el Líbano, etc. 
 
Esta ciudad, cuyo nombre viene de la palabra latina “Monasterium” es la ciudad ciclista por excelencia. Al principio era raro ver tan poca gente caminando, pero entendí que lo normal aquí es movilizarse en bicicleta. Terminé arrendando una por un precio muy razonable como estudiante. A todo esto, con la credencial universitaria se pueden obtener descuentos en varios locales y eventos, como por ejemplo eventos de intercambio, museos, actividades diversas de ocio, etc. 
 
Un dato importante: los supermercados y varios locales cierran los domingos y feriados, así que hay que organizarse bien. Otro punto que considerar es que los semestres acá van de octubre a marzo (invierno) y de abril a septiembre (verano), incluyendo vacaciones.
 
Alojamiento y alimentación
 
Aunque hay muchas residencias estudiantiles, la demanda es alta y las residencias se tienden a saturar. El Studierendenwerk Münster es una de las instituciones que más ofrece alojamiento, tanto en Münster como en Steinfurt (donde está la Facultad de Ingeniería, salvo Ingeniería Civil en Obras Civiles). Yo me quedé en Münster, en una residencia con cinco edificios de ocho pisos, con piezas individuales o compartidas. Postulé con cuatro meses de anticipación y recomiendo tomar ese tiempo de referencia e incluso más, independiente de si aún no dan una respuesta definitiva de admisión para el intercambio, pues a fines de cada mes preguntan si el interés en un dormitorio sigue vigente. 
 
En cuanto a la alimentación, hay varios casinos repartidos por la ciudad que permiten desayunar o almorzar sin tener que desplazarse mucho. También hay hartas marcas de supermercados, así que conviene comparar precios. En mi caso, al principio iba siempre a uno llamado Rewe, pero en un momento me di cuenta de que otro llamado Lidl ofrece lo mismo, pero con precios relativamente más baratos y el tiempo de traslado no es un problema. 
 
Un tema importante: Alemania exige una “cuenta bloqueada” para asegurar que los estudiantes puedan mantenerse sin trabajar durante su estadía. Es parte del proceso para obtener la visa y está bien explicado en la página de la Embajada Alemana en Chile.
 
Clases y estudio
 
La FH Münster es una “Universidad de Ciencias Aplicadas”, por eso la sigla FH (Fachhochschule). Si bien la teoría juega siempre un papel elemental, también le dan un enfoque especial a la práctica, visitas a terreno y los vínculos con empresas. En mi caso, el Departamento de Ingeniería del Transporte organizó visitas a terreno, donde vimos obras como la ampliación de la A1 entre Münster y Hamburg o el túnel bajo el río Weser en Bremen. Adicionalmente visitamos empresas dedicadas a la producción de asfalto y otras que se enfocan en la planificación del transporte urbano. 
 
Para un intercambio en algunas de las Ingeniería las clases son únicamente en alemán y se requiere un mínimo de B1. Recomiendo revisar la web de la universidad para ver el idioma de cada carrera. Para quienes ya tienen base, recomiendo el curso de alemán técnico para ingenieros (nivel B2/C1), sin prueba final, ideal para ampliar vocabulario técnico. Mi ramo favorito ha sido “Schienenverkehrsbau” (Construcción del Transporte Ferroviario), una temática que está creciendo en Chile. Al momento de elegir las asignaturas de su interés, fíjense bien en que semestre irán porque la oferta de un ramo no está disponible durante todo el año. 
 
Idioma
 
Adaptarse al idioma es un desafío, sobre todo después de un viaje tan largo. En mi caso, a las tres semanas ya me sentía cómodo conversando en alemán y, con el tiempo, también en inglés. No se trata de hablar perfecto, sino de atreverse y complementar con lenguaje no verbal cuando sea necesario. De hecho, esto me ayudó a soltarme más para hablar espontáneamente con desconocidos, algo que me costaba en Chile y que creo venceré fácilmente una vez esté de vuelta, sobre todo porque será en español. Esta experiencia me ha enseñado a comunicarme con más seguridad.
 
Si bien lo que comento parece un proceso linealmente progresivo, la verdad es que a veces no dan ganas de hablar y otras veces las palabras surgen naturalmente y con un ánimo increíble. Como ejemplo, recuerdo que un día no quise hablar mucho y una semana después estaba hablando tanto que me animé a ayudar a una persona en el supermercado. Lo importante en este tipo de experiencias es conocerse a sí mismo en un proceso totalmente nuevo y avanzar sin exigirse tanto.
 
Pros y contras
 
Las ventajas son muchas: aprender idiomas, conocer no solo la cultura alemana, sino que también otras muy diversas, pero por sobre todo está muy presente el experimentar un desarrollo personal cuando se vive de forma independiente y en un idioma que no es el materno. Con esto último quiero decir que cada paso que se da, por pequeño que sea, vale el doble que en Chile porque se aborda un nuevo desafío en otro idioma.
 
Como contras, solo mencionaría el periodo de adaptación (al ambiente y al clima) y la burocracia alemana, aunque esta se está digitalizando de a poco. Lo importante es seguir los procesos con paciencia y tener claro que nada es imposible si se hace con iniciativa, orden y puntualidad.
 
Instagram: @der_joscho
Correo: jose.poblete.a @ usach.cl