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Blog: "De Melipilla para el mundo", en Canadá

Hola, mi nombre es Dilan Muñoz, tengo 25 años, soy de Melipilla y soy estudiante de Magíster en Materiales en la universidad. En junio del año 2022 fui seleccionado en la beca ELAP para realizar una pasantía de investigación en el centro de investigación CCWJ, en la Universidad de Alberta, Edmonton, Canadá
 
En mi caso, la pasantía consiste en un trabajo de investigación tanto teórica como experimental en mi área de estudio, la cual se relaciona con aceros. Este trabajo se realiza en conjunto con el profesor de acá y con mi profesor guía en Chile, donde voy mostrando avances semana a semana ya sea a través de documentos o presentaciones. Este ritmo me acomoda y me gusta bastante ya que siento mucha libertad y una retroalimentación constante de los profesores.
 
Al llegar en pleno invierno fue bastante duro, sobre todo en un lugar como este donde se llega a temperaturas de -30°C. A pesar de esto, al llegar el paisaje y la ciudad eran hermosos, por lo que feliz aguanté algunos meses de frío extremo. La vista cambia en verano de manera sorprendentemente rápida, toda la nieve se transforma en vegetación y la ciudad se torna 10 veces mejor en solo unas semanas. Andar en bicicleta o caminar por la ciudad se transforma en un panorama.
 
La ciudad tiene un tamaño similar al de Santiago, pero con 6 veces menos de población. Esto se nota al caminar en la calle o andar en auto, donde difícilmente se ven tacos, incluso en la hora peak la cual es cercana a las 4 de la tarde. La gente acá acostumbra a acostarse bastante temprano, por eso a las 8 o 9 de la noche no se ve a prácticamente nadie.
 
Fui afortunado de que un grupo de chilenos me recibió y ayudó al llegar, gracias a esto el proceso de adaptación fue mucho más fácil y acogedor. La comunidad latina en esta ciudad es bastante grande por lo que he tenido la oportunidad de compartir con personas de Argentina, Uruguay, Perú, México, etc. Acá pude conocer personas con las que estoy seguro voy a seguir compartiendo toda mi vida. Además, esta ciudad tiene una gran presencia multicultural al tener personas de prácticamente todas las partes del mundo. La verdad lo que menos se ve acá son canadienses.
 
Una de las cosas que más me gusta de este lugar es la seguridad. El poder caminar, andar en bicicleta o simplemente estar en un parque sin preocuparse de que ocurra algo, creo que eso no se da en muchas partes del mundo. Además, los canadienses son muy respetuosos y amables, se cumple tal cual el estereotipo. Aunque puede que no sean tan cercanos como los latinos, da gusto compartir con ellos incluso en cosas tan simples como comprar en una tienda. También, el estilo de vida acá contempla menos horas de trabajo y más horas de ocio, vida social o personal. Por esto tomé el hábito de ir al gimnasio y tener una vida mucho más sana; que espero ojalá se mantenga de vuelta en Chile.
 
En cuanto a la universidad, me encantó la gran cantidad de áreas verdes y lugares para almorzar, estudiar o descansar. Al laboratorio al que llegué tiene tecnologías de punta y privilegian siempre un trabajo seguro y con buen ambiente. Se realizan actividades cada cierto tiempo para incluir nuevos integrantes o simplemente para distraerse y compartir un buen rato. Todos los integrantes del centro de investigación, tanto estudiantes de máster, doctorado o de intercambio, comparten avances de sus proyectos semana a semana, lo que es bastante bueno para aprender de distintos temas e ir mejorando también la investigación propia con la retroalimentación que se recibe.
 
Al llegar acá me di cuenta de que los estudiantes chilenos, o en específico los estudiantes de nuestra universidad, no tienen nada que envidiarles a estudiantes de otras partes del mundo. Tenemos mucho que ofrecer en cuanto habilidades blandas como la capacidad de aportar con ideas, resolución de problemas y adaptabilidad a distintas situaciones. Lo que dicen de que los estudiantes de la USACH son aperrados, en instancias como esta se nota.
 
Deseo que la mayor cantidad de estudiantes puedan vivir una experiencia de este estilo, ya que me marcó de por vida y estoy muy agradecido de las enseñanzas y personas que conocí en este proceso. Al escribir esto ya me queda poco para mi vuelta a Chile; por eso tal vez esta parte de reflexión; pero creo que, si hay personas pensando realizar un intercambio o pasantía, no desaprovechen la oportunidad. Es una experiencia única y no se van a arrepentir.