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Blog: Arquitectura en Brasil

 

Mi nombre es Elias, soy estudiante de Arquitectura de la usach, estoy de intercambio en la Universidad de Sao Paulo, una de las facultades de arquitectura más reconocidas del mundo: la FAU-USP, claramente lo que me trae hasta aquí son las ganas de aprender esta hermosa disciplina desde una ciudad que concentra una forma particular de diseñar y proyectar sus espacios, tanto urbanos como arquitectónicos. es cuestión de caminar por cualquiera de sus calles. 

Para mi la escuela paulista y la escuela Carioca, son unas de las influencias más grandes de latinoamérica arquitectónicamente hablando, son una referencia ideológica de cómo proyectar; sus formas, expresiones y dimensiones, son características que están completamente relacionadas con la idiosincrasia de la gente, la personalidad, su amabilidad y falta de pudor, son algunas de las particularidades que se me vienen a la cabeza.

Lo que me gustaría contar tienen relación con el estilo de vida y por consecuencia el choque cultural que se produce, más aún, cuando el mundo pasa por una condición pandemica que no rige del mismo modo en todos los países. En Chile existe una restricción completamente radical respecto a la movilidad, en cambio Brasil no considera ese método para combatir la pandemia, eso ya marca una gran diferencia al momento de salir a la calle y conocer la ciudad. De tener que regresar antes de las diez de la noche a casa y tener que sacar permisos para poder desplazarse; a poder caminar tranquilamente por la calle sin preocupaciones, ya son cosas completamente nuevas para mi.

Recuerdo la primera vez que nos juntamos con mis compañeros de intercambio, yo era el único que estaba pendiente de la hora y del funcionamiento del transporte para volver a casa, de hecho solo por costumbre y temor, me devolvi antes que el resto. Como también, recuerdo la primera vez que salí a la plaza y vi mucha gente caminar por la calle sin polera y con una cerveza en la mano, cuando yo hice lo mismo me costó no pensar que estaba haciendo algo ilegal, con el tiempo uno se acostumbra y agradece la experiencia.